Un homenaje al pasado con una visión contemporánea. Esta finca mallorquina del siglo XVI ha sido restaurada con absoluto respeto por sus materiales originales, combinando autenticidad y modernidad. Su antigua tafona ha sido convertida en un pequeño museo y su bodega, excavada en una antigua cantera de cemento, emplea un innovador sistema de vinificación por gravedad. Una experiencia que rinde tributo a la historia y al vino elaborado con el alma.